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Cómo empezar una nueva rutina de skincare

Cómo empezar una nueva rutina de skincare

Para cuidar tu piel de la mejor forma debes conocerla y entender sus necesidades, así podrás crear la rutina de skincare perfecta para ella.

El mundo del skincare cada vez se llena de más productos: sueros, astringentes,
limpiadores, etc. y por ello se ha vuelto complicado identificar cuáles son sus beneficios y cuál es el indicado para tu rutina de cuidado facial.

Si este año quieres renovar tu rutina de skincare, aquí podrás encontrar los pasos y la información que debes tomar en cuenta al momento de armarla. ¡Verás que es una tarea fácil de llevar cabo!

 

¿Qué necesitas saber para iniciar?

Iniciar tu rutina de skincare es una tarea sencilla pero que requiere de tu concentración y esfuerzo para identificar ciertos factores que son importantes al momento de construirla.
Para empezar, debes averiguar cuál es tu tipo de piel: grasa, seca o mixta. La piel grasa se caracteriza por altas cantidades de brillo en la piel y por presentar, frecuentemente, problemas de acné debido a la concentración de aceites y toxinas sobre tu rostro.
La piel seca es todo lo contrario. Puede parecer acartonada, sin brillo y presentar grietas o enrojecimientos ya que no cuenta con las cantidades adecuadas de agua o de producción sebácea.

La piel mixta es una combinación de las dos anteriores. La zona T (frente, nariz y pómulos) suele tener textura grasa y una mayor cantidad de brillo, mientras que el resto del rostro es seco, opaco y presenta menos poros abiertos.
Cada una de estas pieles requiere productos y cuidados especiales, de ahí la importancia de identificar tu tipo de piel antes de armar tu rutina de skincare.
De igual forma, si tu piel es sensible o presenta algún tipo de afección, como acné, recuerda siempre consultar con tu dermatólogo para evitar reacciones que puedan causar daño en tu rostro.

 

Renueva los pasos básicos en tu rutina de skincare

Una rutina de skincare puede ser tan compleja como lo desees, pero hay 3 pasos básicos que no pueden faltar en ella (limpiar, hidratar y proteger), los cuales puedes reinventar para conseguir mejores resultados.

-Limpiar: La limpieza es un paso fundamental para el cuidado de tu rostro, pues gracias a ella puedes retirar los residuos de maquillaje o las impurezas que se acumulan en tu piel durante el día. Este año puedes agregar a tu kit de belleza jabones con aceites vegetales orgánicos que sean suaves con tu piel pero que a la vez actúen a profundidad. Te recomendamos los jabones en barra de cúrcuma y carbón activado, libres de conservadores.

-Hidratar es diferente a humectar: En muchas ocasiones, estas palabras han sido vistas como sinónimos, sin embargo no es así.
La hidratación busca aportar las cantidades ideales de agua a la piel para mantenerla sana y mejorar su capacidad de obtener humedad. Por otro lado, la humectación se refiere a atrapar y retener la humedad en la piel con el fin de crear una barrera protectora.
Ahora que conoces la diferencia puedes hacer uso de los productos correctos para cada una de estas necesidades.

Para hidratar tu piel es muy importante que no olvides un básico: tomar mucha agua. Este paso, acompañado de un gel hidratante o suero de ácido hialurónico, ayudará a tu piel a lucir fresca y saludable.
Y si tu propósito es humectar, lo recomendable es hacerlo con cremas o aceites especiales para piel seca. Un ejemplo perfecto es el aceite de caléndula.

-Proteger: Tanto en días nublados, como en días soleados, los rayos UV impactan en tu piel, por ello la aplicación de un protector solar debe ser un must en tu rutina de skincare.
Te recomendamos aplicar uno con FPS +50 y que se ajuste a las necesidades de tu rostro, puede ser de cobertura ligera para pieles grasas o de cobertura alta para pieles secas.

-Paso extra: Desmaquillar
Tu cuidado facial no puede quedar completo sin un poderoso desmaquillante. Antes de ir a dormir debes desmaquillar tu piel para eliminar los residuos de tus productos, pero también para limpiar tus poros del sudor, polvo y otros contaminantes que absorbe durante el día.
El no hacerlo puede provocar la aparición de granitos o irritaciones y un envejecimiento prematuro debido a la acumulación de células muertas. Por ello, es recomendable usar desmaquillantes con beneficios anti-envejecimiento, como el de coco y cúrcuma.

De igual forma, existen desmaquillantes ligeros y pesados que se adaptan a tus
necesidades. El agua micelar y las espumas limpiadoras pueden ser perfectas para tu rostro, mientras que las cremas o productos bifásicos funcionan mejor con maquillaje más pesado, como el de los ojos.

 

Con estos sencillos pasos puedes crear una rutina de cuidado facial muy útil y perfecta para incursionar en el mundo del skincare.

 

Por Diana Mendoza